VELAYOS, Carmen. (2008). Ética y cambio climático. Bilbao: Descleé.
Aumento de las temperaturas
promedio, derretimiento de la criosfera, contaminación atmosférica, sequía e
inundaciones, países con serios problemas para enfrentar los desastres
climáticos, etc., todos estos problemas medioambientales tienen un mismo
origen: el cambio climático.
El cambio climático será el
efecto de las altas emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente de
dióxido de carbono. Estas emisiones las hay naturales y las de origen
antropogénico o, mejor dicho, las provocadas por el hombre, debido a la quema
de combustibles fósiles, la industrialización excesiva, el uso de pesticidas,
la ganadería industrializada, los desechos tóxicos, entre otros.
Este libro de Carmen Velayos
Costelo, filósofa española especialista en temas de ética ambiental, nos
describirá cómo se originó el cambio climático y cuáles han sido las medidas
políticas, sociales y económicas adoptadas para mitigar este problema de índole
local, regional e intercontinental. Asunto que no sólo tendrá repercusiones en
la actualidad, sino también en el futuro.
Como no es un libro de
economía, aliviadamente, nos entregará
recomendaciones que no sólo tienen que ver con asuntos económicos, sino también
filosóficos, particularmente los que provienen de la ética. Desde la ética nos
dilucidará ciertas ideas que nos permitirían tanto prevenir como rectificar
nuestras imprudencias con el medioambiente.
Todos los seres humanos, pero con
mayor urgencia las personas más pobres, y, además, los animales, necesitamos un
medioambiente sano en el cual podemos desarrollar plenamente nuestras vidas.
Una sociedad justa distribuye justicia entre seres humanos, pero además interespecíficamente, es decir, con otros seres
del ambiente natural. Por lo tanto, es urgente repensar un nuevo estatus moral
que incluya a todos los seres del planeta.
Con todo, este libro constatará que
todos los seres humanos somos responsables de nuestros actos y los debemos
corregir de inmediato porque ya no hay margen de error —la evidencia empírica
de la catástrofe que hemos provocado existe y no hay manera de refutarla. Por tanto, debemos proteger nuestro planeta porque vivimos en él, porque nos causa
felicidad, porque por sí misma tiene un valor inconmensurable, porque sin él no
podríamos vivir. 


