lunes, 11 de julio de 2016


VELAYOS, Carmen. (2008). Ética y cambio climático. Bilbao: Descleé. 

Aumento de las temperaturas promedio, derretimiento de la criosfera, contaminación atmosférica, sequía e inundaciones, países con serios problemas para enfrentar los desastres climáticos, etc., todos estos problemas medioambientales tienen un mismo origen: el cambio climático.

El cambio climático será el efecto de las altas emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente de dióxido de carbono. Estas emisiones las hay naturales y las de origen antropogénico o, mejor dicho, las provocadas por el hombre, debido a la quema de combustibles fósiles, la industrialización excesiva, el uso de pesticidas, la ganadería industrializada, los desechos tóxicos, entre otros.

Este libro de Carmen Velayos Costelo, filósofa española especialista en temas de ética ambiental, nos describirá cómo se originó el cambio climático y cuáles han sido las medidas políticas, sociales y económicas adoptadas para mitigar este problema de índole local, regional e intercontinental. Asunto que no sólo tendrá repercusiones en la actualidad, sino también  en el futuro.

Como no es un libro de economía, aliviadamente, nos entregará recomendaciones que no sólo tienen que ver con asuntos económicos, sino también filosóficos, particularmente los que provienen de la ética. Desde la ética nos dilucidará ciertas ideas que nos permitirían tanto prevenir como rectificar nuestras imprudencias con el medioambiente.

Todos los seres humanos, pero con mayor urgencia las personas más pobres, y, además, los animales, necesitamos un medioambiente sano en el cual podemos desarrollar plenamente nuestras vidas. Una sociedad justa distribuye justicia entre seres humanos, pero además  interespecíficamente, es decir, con otros seres del ambiente natural. Por lo tanto, es urgente repensar un nuevo estatus moral que incluya a todos los seres del planeta.

Con todo, este libro constatará que todos los seres humanos somos responsables de nuestros actos y los debemos corregir de inmediato porque ya no hay margen de error la evidencia empírica de la catástrofe que hemos provocado existe y no hay manera de refutarla. Por tanto, debemos proteger nuestro planeta porque vivimos en él, porque nos causa felicidad, porque por sí misma tiene un valor inconmensurable, porque sin él no podríamos vivir. 

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